sábado, 12 de agosto de 2017

HISTORIAS DE ALGUNOS CASOS- CAPITULO 23

CAPITULO 23
HISTORIAS DE ALGUNOS CASOS

SERÁ de gran ayuda en este punto, citar algunos ejemplos específicos de la aplicación exitosa de esta ley. Les daré historias de casos reales. En cada uno de estos, el problema es claramente definido y se describe completamente la manera en que se utilizó la imaginación para obtener el estado de conciencia requerido. En cada una de estas instancias, el autor de este libro estuvo involucrado personalmente o le fueron contados los hechos por la persona involucrada.

Caso 1
Esta es una historia de la cual cada detalle me es personalmente familiar.
En la primavera de 1943, un soldado recientemente reclutado fue instalado en un gran campo militar en Luisiana. Él estaba intensamente deseoso de salir del ejército, pero solo de manera totalmente honorable.
La única manera de hacer esto era aplicar para ser liberado. La aplicación requería de la aprobación de su comandante oficial para que sea efectiva. Basado en reglamentos militares, la decisión de su comandante oficial era final y no podía ser apelada. El soldado, siguiendo todo procedimiento necesario, aplicó para ser liberado.
En el término de cuatro horas, la aplicación fue devuelta – marcada como “desaprobada”. Convencido de que no podría apelar la decisión a ninguna otra autoridad más alta, militar o civil, él se tornó hacia su propia conciencia, determinado a depender de la ley de asunción.
El soldado se dio cuenta que esta conciencia era la única realidad, que su estado particular de conciencia determinaría los eventos a los que se enfrentaría.
Esa noche, en el intervalo entre meterse en la cama y caer dormido, él se concentró en utilizar la ley de asunción conscientemente. En la imaginación, se sintió dentro de su departamento en la Ciudad de Nueva York. Visualizó su departamento, es decir, en el ojo de su mente el realmente vio su propio departamento, mentalmente imaginando cada una de las habitaciones que le eran familiares con sus muebles vívidamente reales.
Con esta imagen claramente visualizada, y recostado sobre su espalda, se relajó por completo físicamente. De esta manera, el indujo un estado próximo al sueño, al mismo tiempo que mantenía el control de la dirección de su atención. Cuando su cuerpo quedó completamente inmovilizado, el asumió que estaba en su propia habitación y se sintió acostado en su propia cama – un sentimiento totalmente diferente al de estar recostado en un catre militar.
En imaginación, él se levantó de la cama, caminó de habitación en habitación, tocando varios de sus muebles. Luego fue a la ventana y con sus manos apoyadas en la repisa, miró hacia afuera a la calle que enfrentaba a su departamento. Todo esto era tan vívido en su imaginación que él vio cada detalle del pavimento, de las rejas, los árboles, y el familiar ladrillo rojo del edificio de enfrente. Luego volvió a su cama y sintió como se quedaba dormido.
Él sabía que lo más importante para que tenga éxito el uso de esta ley, era que cuando esté a punto de quedarse dormido, su conciencia debía estar llena con la asunción de que él ya era lo que quería ser. Todo lo que hizo en la imaginación fue basado en la asunción de que el ya no estaba en el ejército. Noche tras noche, el soldado representaba este drama.  Noche tras noche, en la imaginación, él se sintió honorablemente liberado, ya en su hogar, viendo todo lo familiar a su alrededor, y quedando dormido en su propia cama. Esto continuó por ocho noches.
Por ocho días, su experiencia objetiva continuaba siendo directamente opuesta a su experiencia subjetiva en la conciencia cada noche, antes de irse a dormir. Al noveno día, vinieron órdenes del cuartel general para que el soldado llene una nueva solicitud para ser liberado.
Poco tiempo después de esto, él fue ordenado a reportarse en la oficina del Coronel. Durante la discusión, el Coronel le preguntó si todavía estaba deseoso de salirse del ejército.
Al recibir una respuesta afirmativa, el Coronel dijo que él personalmente estaba en desacuerdo, y que aunque tenía una fuerte objeción en aprobar una solicitud de liberación, había decidido ignorar estas objeciones y aprobarla. Y en unas pocas horas, la aplicación fue aprobada y el soldado, ahora un civil, estaba en un tren destino a casa.

Caso 2
Esta es una historia increíble sobre un hombre de negocios extremadamente exitoso demostrando el poder de la imaginación y la ley de asunción. Conozco a esta familia íntimamente, y todos los detalles fueron contados por el hijo que aquí describo.
La historia comienza cuando él tenía veinte años de edad.
Él era el segundo hijo mayor de una extensa familia de nueve hermanos y una hermana. El padre era uno de los socios de una pequeña empresa de mercaderías. En su decimoctavo cumpleaños el hermano al que nos referimos en esta historia dejó el país en el que vivía y viajó dos mil millas para entrar en la universidad y completar su educación. Poco tiempo después de su primer año en la universidad, fue llamado para que vuelva a su casa por un trágico evento relacionado con los negocios de su padre.  Por unas manipulaciones de sus asociados, su padre no solo había sido forzado a salir de la empresa, sino que también había sido acusado falsamente impugnando su persona e integridad.
 Al mismo tiempo, fue privado de tener acceso a las acciones que le correspondían de su empresa.
El resultado fue encontrarse desacreditado en gran manera y casi sin un centavo. Fue bajo estas circunstancias que el hijo fue llamado para que vuelva de la universidad a casa.
Él volvió, con su corazón lleno de una gran resolución.
Él estaba determinado en convertirse en un increíble y exitoso hombre de negocios. Lo primero que él y su padre hicieron fue utilizar el poco dinero que les quedaba para empezar su propio negocio. Rentaron un pequeño local en una calle cerca de la gran empresa de la que su padre había sido uno de los principales dueños. Allí, comenzaron un verdadero negocio inclinado al servicio de la comunidad. Fue poco tiempo después que el hijo, con una instintiva conciencia de que funcionaría, deliberadamente utilizó la imaginación para obtener un objetivo casi fantasioso.
Cada día, en su camino hacia el trabajo y volviendo del trabajo, el pasaba por el edificio de la empresa anterior de su padre – la empresa más grande del rubro en el país. Era uno de los edificios más grandes, con una de las localidades más prominentes del corazón de la ciudad. Afuera del edifico había un gran cartel con el nombre de la firma pintada en letras gruesas.
Día tras día, mientras pasaban, un gran sueño tomó forma en la mente del hijo. Él pensaba en lo increíble que sería si su familia tuviera ese edificio – su familia la que era dueña y operaba esta gran empresa.
Un día, mientras estaba parado observando el edificio, en su imaginación, el vio un nombre completamente diferente en el gran cartel de la entrada. Ahora, las letras del cartel describían el nombre de su familia (en estas historias no usamos los nombres reales; por cuestiones de claridad, en esta historia utilizaremos nombres hipotéticos y asumiremos que el nombre de la familia del hijo era Lordard).
Donde el cartel decía F. N. Moth y Co., en la imaginación, el realmente vio, letra por letra, N. Lordard e Hijos. Él permaneció mirando al cartel con sus ojos bien abiertos, imaginando que decía N Lordard e hijos. Dos veces al día, semana tras semana, mes tras mes, por dos años, él veía el nombre de su familia en el frente del edificio. Estaba convencido que si sentía fuertemente lo suficiente de que esto era verdad, estaba destinado a serlo, y por ver en su imaginación el nombre de su familia en el edificio – que implicaba que ellos eran dueños de la empresa – se convenció que un día serían los dueños.
Durante este período, le dijo solo a una persona lo que estaba haciendo. Le confesó a su madre, quien amorosamente preocupada intentó desalentarlo para protegerlo de lo que sería una gran decepción.
A pesar de esto, él persistió día tras día.
Dos años después, la gran compañía quebró y el edificio añorado estaba a la venta.
En el día de la venta, él no estaba ni un poco más cerca de ser el dueño de lo que estaba hace dos años cuando empezó a aplicar la ley de asunción. Durante este periodo, habían trabajado duro, y sus clientes tenían implícitamente una gran confianza en ellos. Sin embargo, no habían logrado ganar ni cerca la cantidad de dinero que era necesario para comprar la propiedad. Tampoco tenían ningún medio por el cual pedir prestado el capital necesario. Otra cosa que hacía más remota la posibilidad de obtenerlo era que este era el edificio más codiciado en la ciudad por un gran número de empresarios ricos que estaban dispuestos a comprarlo. En el día de la venta, para su completa sorpresa, un hombre, casi un extraño totalmente, vino a su negocio y les ofreció comprar la propiedad para ellos. (Dado a unas condiciones inusuales en esta transacción, el hijo de esta familia no podía ni ofrecer un monto para la propiedad).
Pensaban que este hombre los estaba cargando. Sin embargo, no era así. El hombre les explicó que los había estado observando por un tiempo, y admiraba su habilidad, creía en su integridad, y que suministrar el capital para que ellos puedan agrandar su negocio en gran manera le parecía una gran inversión para él. Ese mismo día, la propiedad fue de ellos. En lo que el hijo había persistido en ver en su imaginación ahora era una realidad. El presentimiento de aquel extraño estaba más que justificado.
Hoy, esa familia es dueña no solo de esta empresa en particular a la que nos referimos, pero también son dueños de una de las industrias más grandes del país en el que viven.
El hijo, viendo el nombre de la familia en la entrada de este gran edificio, mucho antes de que esté allí, estaba usando exactamente la técnica que produce resultados. Al asumir el sentimiento de que ya tenía lo que deseaba – al hacer de esto una realidad vívida en su imaginación, con determinada persistencia, a pesar de las apariencias y circunstancias-, inevitablemente causo que su sueño se convierta en realidad.
Caso 3
Esta es la historia de un inesperado resultado de una entrevista con una señora que vino a consultarme.
Una tarde, una joven abuela, una mujer de negocios de Nueva York,  vino a verme. Trajo a su nieto de nueve años que vino a visitarla de Pennsylvania. En respuesta a sus preguntas, yo le expliqué la ley de asunción, describiendo en detalle el procedimiento a seguir para obtener un objetivo. El niño se sentó en silencio, aparentemente absorto en su camión de juguete, mientras yo le explicaba a la abuela el método de asumir un estado de conciencia que debería tener sobre su deseo cumplido.
Le conté la historia del soldado en el campamento, que cada noche caía dormida imaginándose a sí mismo en su propia cama en su propio hogar.
Cuando el niño y su abuela se estaban yendo, él me miro con gran entusiasmo y me dijo “Ya sé lo que quiero y ahora, se cómo obtenerlo”. Sorprendido, le pregunte qué era lo que quería; él me dijo que su corazón estaba fijado en tener un cachorrito.
A lo que su abuela renegó vigorosamente, diciéndole al niño que ya se le ha dicho varias veces que él no podría tener un perro bajo ninguna circunstancia… que su padre y madre no lo permitirían, que el niño era muy pequeño para cuidarlo como corresponde, y aun mas, su padre tenía un desagrado por los perros- realmente odiaría tener uno en la casa.
El niño, que tan apasionadamente deseaba tener un perro, se negaba a entender estos argumentos. “Ahora sé lo que tengo que hacer” dijo él. “Cada noche, justo cuando me esté por dormir, voy a pretender que tengo un perro y que estamos paseando”. “No” dijo la abuela, “eso no es lo que el Señor Neville dice. Esto no era para ti. No puedes tener un perro”.
Aproximadamente seis semanas después, la abuela me cuenta lo que para ella era una historia excepcionaste. El deseo del niño de tener un perro era tan intenso que él había absorbido todo lo que le dije a la abuela de cómo obtener su propio deseo – y él creyó implícitamente que finalmente supo cómo obtener un perro.
Poniendo esta creencia en práctica, por varias noches, el niño imaginó a un perro durmiendo en su cama junto a él.  En su imaginación, el acariciaba a su perro, realmente sintiendo su pelaje. Cosas como jugar con el perro y llevándolo a pasear llenaban su mente.
En unas semanas, sucedió. Un diario de la ciudad en la que el niño vivía organizó un programa especial en conexión con la “Semana de Compasión por los Animales”. Todos los chicos de la escuela tenían que escribir una redacción sobre “Porque a mí me gustaría tener un Perro”.
Luego de que las redacciones de todas las escuelas fueran presentadas y juzgadas, se anunció al ganador del concurso. El mismo niño que semanas antes en mi departamento en Nueva York me dijo “Ahora sé cómo obtener un perro” era el ganador. En una ceremonia elaborada, que fue publicada junto con relatos y fotos en el diario, el niño fue recompensado con un hermoso cachorrito collie.
En el relato de la abuela, me cuenta que si al niño se le hubiera dado dinero para comprar al perro, los padres se negarían a comprárselo y lo utilizarían para comprarle bonos o lo hubiesen puesto en una caja de ahorro en el banco para el niño. Y aun si alguien le hubiese dado como regalo un perro al niño, lo hubieran rechazado o regalado.
Pero la manera dramática en la que el niño recibió al perro, la manera en que ganó el concurso de la ciudad, los relatos y fotos en el diario, el orgullo del logro y la alegría del niño, todo combinado generó un cambio en el corazón de los padres, y se encontraron haciendo lo que jamás imaginarían hacer – le permitieron quedarse con el perro.
Todo esto me explicó la abuela, y concluyó diciendo que había una clase de perro en particular en la que el niño fijó su corazón. Era un collie.
Caso 4
Esto fue contado por la tía en la historia a toda la audiencia, en el final de una de mis conferencias.
Durante el período de preguntas, luego de mi conferencia sobre la ley de asunción, una mujer que venía a muchas de mis conferencias y que había tenido consultas personales conmigo en varias ocasiones, se levantó y pidió permiso para contar una historia ilustrando como ella logró utilizar esta ley exitosamente.
Dijo que volviendo a casa de la conferencia de la semana pasada, se encontró con su sobrina muy preocupada y amargada. El marido de la sobrina, que era un oficial en el Ejército de la Fuerza Aérea estacionada en Atlantic City, había sido ordenado, junto con el resto de su escuadrón, al servicio activo en Europa. Llorando, le dijo a su tía que la razón por la cual estaba triste era que deseaba que su marido sea asignado a Florida como instructor.
Ambos amaban a Florida y estaban ansiosos por ser asignados allí y a no ser separados. Al escuchar esto, la tía le dijo que había solo una cosa por hacer, y eso era aplicar inmediatamente la ley de asunción. Le dijo “Hagámoslo un hecho”. “Si estuvieras en Florida realmente, ¿qué harías?” sentirías la calidad brisa. Olerías el aire salado. Sentirías tus dedos del pie hundirse en la arena. Bueno, entonces hagamos eso mismo ahora.”
Cuarenta y ocho horas después, el marido recibió un cambio de órdenes. Sus nuevas instrucciones eran de reportarse inmediatamente en Florida como un Instructor de Fuerza Aérea. Cinco días después, su esposa estaba en un tren para encontrarse con él. Aunque la tía, con el objetivo de ayudarla a obtener su deseo, se había unido con su sobrina asumiendo el estado de conciencia deseado, ella no fue a Florida. Ese no era su deseo. Por otro lado, era el intenso anhelo de su sobrina.

Caso 5
Este caso es especialmente interesante por el corto intervalo de tiempo entre la aplicación de la ley de asunción y su manifestación visible.
Una mujer muy prominente vino a mí con una gran preocupación. Ella mantenía un bello departamento  en la ciudad, y una gran casa de campo; pero por la gran demanda que mantenía con su modesto ingreso, era absolutamente esencial que ella rentara su departamento y junto su familia pasara el verano en su casa de campo.
En años previos, el departamento había sido rentado sin dificultades ya para principios de la primavera, pero el día que vino a verme, la temporada de alquiler para el verano ya había terminado. El departamento estaba en las manos de los mejores agentes inmobiliarios por meses, pero nadie parecía estar interesado en ir a verlo.
Cuando me describió su dilema, le expliqué como la ley de asunción podría ser utilizada para solucionar su problema. Le sugerí que, al imaginar que el departamento ya había sido rentado por una persona deseosa de ocuparlo inmediatamente, y asumiendo que esto ya había sucedido, su departamento sería realmente rentado. Para poder crear el sentimiento natural necesario – el sentimiento de que ya el departamento estaba rentado – le sugerí que esa misma noche al irse a dormir, se imagine a sí misma, no en su departamento, pero en donde sea que ella esté si su departamento fuese rentado inesperadamente. Ella tomó la idea fácilmente y dijo que en tal situación ella dormiría en su casa de campo, aunque no estuviese abierta aun para el verano.
Esta entrevista tomo lugar el jueves. A las nueve de la mañana del siguiente sábado, ella me llamó desde su casa de campo – excitada y feliz.
Me dijo que ese jueves por la noche, se había quedado dormida imaginando realmente y sintiendo que estaba durmiendo en su otra cama en la casa de campo, a muchas millas del departamento de la ciudad que estaba ocupando.  El viernes, al día siguiente, un inquilino muy interesante, uno que cumplía todos los requerimientos de una persona responsable, no solo que alquiló el departamento, pero lo alquiló con la condición de que se mudaría ese mismo día.

Caso 6
Solo el más completo e intenso uso de la ley de asunción podría dar resultados como estos en esta situación extrema.
Cuatro años atrás, un amigo de nuestra familia me pidió si podía hablar con su hijo de veintiocho años, quien no se esperaba que sobreviviera.
Él sufría de una extraña enfermedad del corazón. Su enfermedad resultaba en una desintegración de éste órgano.
Largos y costosos tratamientos médicos no habían servido para nada.
Los Doctores no tenían ninguna esperanza en que se recuperara. Por largo tiempo, el hijo había estado postrado en cama. Su cuerpo se había encogido hasta casi ser un esqueleto, y hablaba y respiraba con gran dificultad. Su esposa y dos niños estaban en su casa cuando llegué, y su esposa estaba presente en nuestra conversación.
Empecé por decirle que había solo una solución para cualquier problema, y esa solución era cambiar la actitud. Como hablar lo agotaba, le pedí que asiente con la cabeza si entendía claramente lo que le decía. El asintió.
Le describí los hechos detrás de la ley de la conciencia -de hecho que la conciencia era la única realidad. Y le dije que la única forma de cambiar cualquier condición era cambiando su estado de conciencia en el que estaba. Como recomendación en especial para que le ayude a asumir el sentimiento de ya estar sano, le sugerí que vea la cara del doctor increíblemente maravillado en encontrarlo recuperado, contrario a todo razonamiento, de estar en las últimas instancias de una enfermedad incurable; que lo vea examinándolo varias veces y escucharlo decir una y otra vez “es un milagro  - es un milagro”.
El no solo entendió todo esto claramente, pero también lo creyó implícitamente. Prometió seguir este procedimiento fielmente. Su esposa, quien había estado escuchando atentamente, me aseguró que también con diligencia utilizaría esta ley de asunción en su imaginación, como la utilizaría su esposo. Al día siguiente partí para Nueva York – todo esto tomó lugar en las vacaciones de invierno en el trópico.
Varios meses después, recibí una carta diciendo que el hijo había tenido una milagrosa recuperación. En mi próxima visita, lo fui a ver en persona. Estaba en perfecta salud, activamente involucrado en sus negocios y vigorosamente disfrutando muchas actividades sociales con sus amigos y familiares.
Me dijo que desde el día en que me fui, no tenía ninguna duda de que la ley funcionaría. Me describió como fielmente siguió las sugerencias que le hice y día tras día vivía completamente en la asunción de que ya estaba sano y fuerte.
Ahora, cuatro años después de su recuperación, él está convencido de que la única razón por la cual está aquí hoy es gracias a su exitoso uso de la ley de asunción.
Caso 7
Esta historia ilustra el uso exitoso de la ley por un ejecutivo de Nueva York.
En el otoño de 1950, un ejecutivo de uno de los bancos más prominentes de Nueva York me habló sobre un problema serio al cual se enfrentaba.
Me contó que el pronóstico de su progreso personal y avance se veía muy limitado. Habiendo llegado a mediana edad y sintiendo que un ascenso en su posición y aumento de salario era justificado, tuvo una “charla al respecto” con sus superiores. Éstos le dijeron francamente que cualquier ascenso era imposible y lo intimidaron a que si estaba insatisfecho, podría buscar otro trabajo. Esto, desde ya, aumentó su ansiedad.
En nuestra conversación, me explicó que no tenía deseo de ganar grandes cantidades de dinero, pero que tenía que tener un salario más substancial para poder mantener su hogar en buena estado y para proveer en la educación de sus hijos en buenas escuelas y universidades. Con el salario que ganaba en ese momento, esto sería imposible. El rechazo del banco en asegurarle un avance en algún futuro cercano le dio una sensación de disgusto y un deseo intenso de asegurar una posición mejor con un salario considerablemente más grande.
Me confesó que el tipo de trabajo que le gustaría más que ninguno en el mundo, sería el de manejar una fundación de inversiones de una gran institución como decir la fundación de una gran universidad.
Al explicarle la ley de asunción, le dije que su situación actual era solo la manifestación de su concepto de sí mismo y le declaré que si quería cambiar las circunstancias en las que se encontraba, solo podría hacerlo al cambiar su concepto de sí mismo. Para poder obtener este cambio de conciencia, y por lo tanto cambiar su situación, le pedí que siga este procedimiento cada noche justo antes de dormirse:
En la imaginación, él debía sentir que estaba retirándose al final de uno de sus más importantes y exitosos días de su vida. Tenía que imaginarse que realmente acababa de cerrar un trato ese mismo día por el cual ingresaba a trabajar en el tipo de organización que tanto anhelaba, en exactamente el puesto que él quería.
Le sugerí que si lograba llenar su mente completamente con este sentimiento, el experimentaría un alivio definitivamente. En este estado, su disgusto y tristeza sería algo del pasado. El sentiría la alegría que viene con el cumplimiento del deseo. Y cerré la charla con asegurarle que si hacía esto fielmente, inevitablemente conseguiría el tipo de posición que deseaba.
Esto fue en la primera semana de Diciembre. Noche tras noche, sin excepción, el siguió este procedimiento.
A principios de Febrero, el director de una de las fundaciones más ricas en el mundo le preguntó a este ejecutivo si estaría interesado en unirse a la fundación en un puesto de ejecutivo, manejando inversiones. Luego de unas breves conversaciones, él acepto.
Hoy, con un salario sustancialmente más alto y con la seguridad de un progreso estable, este hombre está en una posición mucho más importante de la que él había soñado.
Caso 8
El hombre y la mujer en esta historia, han venido a mis conferencias por varios años. Es una ilustración interesante del uso consciente de esta ley por dos personas concentrándose en el mismo objetivo al mismo tiempo.
Este hombre y mujer eran una excepcional pareja devota. Su vida era completamente feliz y enteramente libre de cualquier problema o frustración.
Por algún tiempo, habían planeado mudarse a un departamento más grande. Cuanto más lo pensaban, más se daban cuenta que lo que más deseaban en su corazón era vivir en un hermoso Penthouse (departamento-ático de lujo). Al discutirlo juntos, el marido dijo que quería uno con una gran ventana hacia la magnífica vista. La esposa dijo que quería que una de las paredes tenga espejo de arriba abajo. Ambos querían un hogar de leña. Y era más que decidido que el departamento sea en Nueva York.
Por meses, buscaron tal departamento en vano. De hecho, la situación de la ciudad era tal, que asegurarse cualquier tipo de departamento era casi una imposibilidad. Había tan pocos, que no solo había listas de espera, sino que habría que encargarse de todo tipo de arreglos especiales, compras de muebles, etc.
Los departamentos nuevos ya eran reservados antes de que sean terminados, muchos hasta ya estaban  rentados desde el momento en que se habían hecho los planos del edificio.
A principios de la primavera, luego de meses de búsqueda sin resultados, finalmente encontraron uno que consideraron seriamente. Era un departamento Penthouse en un edificio recientemente terminado en la Quinta Avenida dando el frente a Central Park. Tenía una gran desventaja.
Siendo un edificio nuevo, no estaba sujeto al control de renta, y la renta anual les pareció desorbitante. De hecho, era muchos miles de dólares más por año de lo que ellos habían considerado pagar.
Durante los meses de primavera, Marzo y Abril, continuaron viendo varios penthouses a través de la ciudad, pero siempre volvían a éste.
Finalmente, decidieron incrementar el monto que pagarían sustancialmente y le hicieron una proporción al agente por el edificio para que se lo sugiera a los dueños a ver si lo consideraban.
Fue en este punto sin discutirlo entre ellos, que cada uno de ellos se determinó a aplicar la ley de asunción. No fue hasta después, que se enteraron lo que el otro estaba haciendo.
Noche tras noche, ambos se iban a dormir en la imaginación, en el departamento que estaban considerando. El marido, recostado con sus ojos cerrados, se imaginaba la ventana con vista al parque. Se imaginaba yendo a la ventana a primera hora de la mañana y disfrutando la vista. Se sintió a si mismo sentado en la terraza con vista al parque, tomando tragos con su esposa y amigos, disfrutando todo absolutamente. Él llenó su mente con el sentimiento de estar en el penthouse y en la terraza. Durante todo este tiempo, sin saberlo, su esposa estaba haciendo lo mismo.
Varias semanas pasaron sin ninguna decisión de parte de los dueños, pero ellos continuaron imaginando al irse a dormir cada noche que ya estaban durmiendo en el penthouse.
Un día, para su completa sorpresa, uno de los empleados en el edificio en el que vivían les dijo que el penthouse en su edificio estaba disponible. Estaban asombrados, porque su edificio era uno de los más deseados de la ciudad con la perfecta localidad enfrente del Central Park. Sabían que había una larga lista de espera de gente que trataba de tener un departamento en el edificio en que vivían. El hecho de que el penthouse ahora estaba inesperadamente disponible la administración lo mantuvo en secreto porque no estaban en posición de considerar ningún candidato para él. Al enterarse de que estaba disponible, esa pareja inmediatamente solicitó que se les rentara a ellos, solo para que les dijeran que era imposible. El hecho era de que no solo había muchas personas en lista de espera para el penthouse en el edificio, sino que además ya se lo habían prometido a otra familia. A pesar de esto, la pareja tuvo varias reuniones con la administración, con la conclusión de que el departamento finalmente fue de ellos.
Este edificio, que sí estar bajo control de rentas, la renta fue justo lo que ellos habían planeado pagar cuando empezaron a buscar un penthouse. La localidad, el departamento mismo, y la terraza grande que lo rodeaba al Sur, Oeste y Norte era mucho más de lo que ellos esperaban – Y en el living, de un lado, había una ventana gigante de 4 metros y medio por 2 metros y medio con una magnifica vista al Central Park; también tenía una pared espejada de arriba del piso al techo y también había un hogar de leña.

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